No hay nada. No tenemos nada. Ésta (más o
menos así) fue la respuesta de una compañera de un foro en el que participo a
mi pregunta si había alguna línea de investigación que estuviera funcionando.
El otro día veía un video en donde no se
en qué país ni qué doctor estaba logrando avances en la regeneración medular.
La pobre ratita intentaba caminar y se escuchaba a la técnica del laboratorio
animarla diciendo algo así como “vamos, vamos pequeña”. Una imagen
absolutamente alejada del rigor científico. Era evidente que el video (ya
podemos decir que el contenido era puramente promocional) hacía más hincapié en
la emoción de ver a la ratita “esforzándose” gracias a los ánimos de la
“científica”. Patético.
Todos los proyectos dicen necesitar
dinero para continuar sus ensayos. Todos de alguna manera recurren a resaltar
sus logros y por lo general se apela a mantener una imagen seria en formas y
contenidos (evidentemente no era el caso de este video).
Muchas líneas muchos científicos, muchas
asociaciones, muchas fundaciones. Demasiadas. Todos pretenden curar las
lesiones medulares.
Yo hace muy poquito que formo parte de la
legión de los lesionados. Tenía una visión muy lógica y realista sobre mi
lesión en particular y las posibilidades de recuperación. Ninguna.
Si bien la regeneración medular es nula
en la actualidad en algún futuro será una realidad y la cura a las lesiones
serán concretas y efectivas. Cuando vi otros videos (un poco más creíbles) y
leer algunos informes comencé a pensar en la posibilidad cercana de este futuro
incierto. Se generó en mi una expectativa, una especie de luz de esperanza. Se
despierta el duende que presenta la tentación de querer curarte YA.
Imaginar esto o hacer la fuerza contraria
suficiente para intentar no dejarte llevar con el riesgo de romper con las
esperanzas y la ilusión. Quedarte solo e inmóvil ocupado nada más que en bajar
la cabeza y mirar como si deseara estar cada vez más cerca del suelo duro y
frío.
Yo no estoy acá para eso. Yo quiero hacer
algo. Necesito sentirme vivo y luchando. Tengo la necesidad de comprometerme en
algún proyecto. Involucrarme e invertir, no solo en tiempo y dinero (¿cuál es
el precio de la cura?).
Pero eso si. No quiero potenciar a ningún
egoísta. A tutelados, que solo piensan en buscar un rinconcito seguro para
poner el microscopio que compró (de segunda mano) la fundación o Estado que les
da de comer a la espera de resultados. Mediocres visionarios.
Quiero trabajar en algún plan con gente seria. Trabajar sintiéndome a la par de ellos. Con funciones diferentes, según las capacidades, pero sabiendo que podemos respaldarnos mutuamente. Estar atento a lo que necesiten pero con la tranquilidad de que ellos también me escuchan. Valorarnos mutuamente y valorar a los demás proyectos que anden dando vuelta por ahí.
Muy posiblemente estos pensamientos sean una absoluta tontería. Muchos estarán especulando que esto ya hace años que está planteado y no sólo en esta área de la salud.
Pido perdón por la obviedad pero tenía ganas de compartirlo.
Lo publiqué también en el foro para desahogarme un poco. Ahí hay muchos compañeros que quizá piensen y hayan experimentado estas sensaciones.