domingo, 8 de enero de 2012

Biphasic Positive Airway Pressure


Mucha gente me pregunta. Cómo es posible que me quedara dormido cuando tuve el accidente. Era mediodía y yo, por lo general, no tomo alcohol. Menos, cuando estoy en horario de trabajo.
No fue la primera vez que me quedaba adormilado cuando estaba manejando. Siempre tuve suerte. Claudia me lo decía. Debía ir a hacerme el “estudio de los ronquidos”. No solo por el volumen y cantidad del ruido sino porque también parecía que a veces era como que dejaba de respirar, me decía asustada. Dormía las horas que debía dormir pero no descansaba proporcionalmente.

Una vez, estando en el Hospital de Parapléjicos me llevaron a un lugar al que llamaban Medicina Interna. No sé qué estudio debían hacerme. Eran los primeros días y recuerdo que me llevaron con mi cama.
Cuando la gente habla conmigo siempre surge el comentario o la pregunta. De dónde eres. Si argentino o uruguayo. Hasta alguno me preguntó si era canario (de las Islas Canarias).
Ese día, charlando con las doctoras que me estaban atendiendo, inevitablemente surgió el tema de la nacionalidad. Una de ellas me dijo. “Acá hay una doctora que es argentina”. Por supuesto que eso activó mi curiosidad y ganas de conocerla. “Casualmente trabaja por acá, voy a ver si está y te la presento”.

Al rato vino “La Negra Claudia”. Una tipa espectacular. Trabajaba hacía mucho en el Hospital y era de Barrio Norte. Muy pero muy dulce y amable. Cariñosamente me agarró de la mano mientras me preguntaba qué me había pasado. Cuando le terminé de contar me preguntó si yo roncaba mucho cuando dormía. “Ya está”, me dijo. “Ya se lo que te pasó. Te voy a pedir un estudio del sueño. Nos vemos nene, suerte”. Me dio un beso y se fue. Claudia, trabajaba como Neumóloga y efectivamente solicitó que me hicieran el estudio.

Siguiendo el curso normal de mi rehabilitación, un día me encuentro en Neurología y comentando con quien me atendía el encuentro con “La Negra”, me dice. “Ah, soy yo la que te tiene que hacer el estudio, pero ten paciencia porque hay lista de espera”. Estaba hablando de  unos dos meses de espera.

Ya me había olvidado del tema (cosa rara en mí ya que me había generado bastante expectativa y por lo general soy impaciente). Una noche cuando acaba de recostarme solito (ya era “casi independiente”), vienen a buscarme dos celadores.
“Hoy duermes fuera de casa”. Había llegado el día. Mejor dicho, la noche.
Llegué a un despacho muy reducido. Una asistente comenzó a explicarme de qué iba la cosa mientras me llenaba de electrodos por todos lados. Cables por aquí, por allá y electrodos por la cabeza y el pecho. Pensé que a pesar de los cables no iba a tener problemas para poder dormir. La auxiliar y la doctora (a la que ya conocía) me explicaron el procedimiento. Iban a monitorizar mi sueño desde una cabina adyacente. Un vidrio nos separaría pero una cortina mantendría mi privacidad. De todos modos si necesitaba algo podrían escucharme sin ningún problema. Me preguntaron si era necesario que viniesen a cambiarme de postura. Les contesté que ya lo hacía solo. No hacía falta ayuda.
Tuve la sensación que si a una persona la llenan de cables y esperan que duerma era probable que no lo pudiese hacer. Suele pasar eso, me comentaron. Pero no fue mi caso. Me quedé dormido a los pocos minutos. Recuerdo haber despertado tres veces. Las tres veces aproveché para girarme con cuidado de no desenchufar nada.

A las seis de la mañana me despertaron. Había terminado el estudio. Me sentía descansado y con la sensación de haber dormido más que bien. Preocupado porque no hayan podido registrar correctamente mi mal dormir, le pregunté a la auxiliar si había salido todo bien. Si habían tenido la posibilidad de escuchar mis ronquidos. Me dijo que si, que no había por qué preocuparse. Todo estaba correcto y la doctora ya evaluaría los datos. Yo quedé un poco decepcionado porque, por mi sensación de descanso, pensé que no había podido expresar todo mi “potencial” de roncador profesional.

Como tardaron tanto en realizar el estudio, supuse que sería otra eternidad para el resultado. A los dos días me sorprendió la doctora. “Horacio, tengo el resultado de tu estudio del sueño. Ha sido un desastre. No descansas nada, absolutamente nada. Vamos a ponerte un BIPAP". Yo no sabía lo que era ese aparato, pero me imaginaba que algún día lo debería usar. Sabía que existía pero no sabía ni cómo se llamaba ni lo que hacía. Biphasic Positive Airway Pressure. Wow!

A los pocos días y nuevamente para mi sorpresa, me presentaron a mi nuevo compañero de sueños. Un aparatito muy simpático con una máscara de gel muy suave.
¿Cuánto tiempo debería usarlo? “Pues supongo que siempre, fue la respuesta de la doctora”.
No somos ni Clau ni yo pero más o menos así duermo ahora.

Era la primera noche. Los instantes iniciales fueron una especie de lucha entre mi acostumbrado y acompasado ritmo de respiración y la presión de aire que el aparato me proponía. Esta desincronización impedía conciliar el sueño. Pero solo duró unos minutos. Pasaron unos días para habituarme. Y ya está. No hay dificultades.
Quien primero notó la mejoría fue mi compañero de habitación. “No has roncado nada, absoluta y preciosamente nada de nada”, me dijo. Estaba feliz y muy contento (mi compañero).
En cuanto a mi, ya estoy acostumbrado. Duermo profundamente y noto la diferencia. Lo utilizo en casa también. No puedo dejar de dormir sin él. Actualmente Clau también descansa mejor. No solo porque mis ronquidos son cosas del pasado sino porque también sabe que no voy a volver a quedarme dormido conduciendo.

2 comentarios:

Yolanda Cantalapiedra dijo...

ESTE PROBLEMA LO CONOZCO DE CERCA.MI TIO SUFRE DE APNEAS MUY FUERTES.EL ES EMPRESARIO Y DEDICA MUCHO TIEMPO A ESTAR EN CARRETERA(TIENE QUE VIAJAR,PARA HACER CLIENTES).HACE AÑOS LE PASABA LO SIGUIENTE.EL DORMIA PERO AL DIA SIGUIENTE ESTABA MUY CANSADO ,LO CUAL LE PERJUDICABA A LA HORA DE COGER EL VOLANTE.MAS DE UNA VEZ CASI SE QUEDA DORMIDO CONDUCIENDO. HACE BASTANTE TIEMPO.A SU EXMUJER LE MOLESTABAN LOS RONQUIDOS. MI TIO DECIO ACUDIR AL MEDICO (SI SE LE PUEDE LLAMAR ASI).EL MEDICO SIN NINGUN TIPO DE INFORMACION A MI TIO DECIDE OPERARLE.CUAL FUE LA SORPRESA DE MI TIO,QUE AL MIRAR SU GARGANTA,FRENTE AL ESPEJO DESCUBRE QUE NO TIENE UVULA (lo QUE VULGARMENTE LLAMAMOS CAMPANILLA).LA OPERACION EN SI SE SUPONE QUE ERA PARA QUE NO RONCARA.HACE DOS AÑOS QUE EL SE SENTIA IGUAL DE CANSADO, DECIDE VOLVER A OTRO MEDICO.LE INGRESAN Y LE HACEN LA PRUEBA DEL SUEÑO.SU DIAGNOSTICO ES EL MISMITO QUE EL TUYO. HOY EN DIA DUERME CON UN BIPAP.POR FIN YA NO SE ENCUENTRA TAN CANSADO COMO ANTES.POR MI TIO SE QUE HAY BASTANTES PERSONAS QUE SE ENCUENTRAN EN VUESTRA SITUACION.

horacio novello dijo...

Me alegro muchísimo por tu tío.
Como dice mi Clau, quizá si hubiese enfrentado el problema antes no habría pasado nada de lo que pasó. Pero también es cierto que yo andaba con mucho trabajo y era muy complicado para mi encarar la situación.
Pero realmente la solución es muy buena.
Gracias por tu aporte.
Un beso.